III. LAS MANIFESTACIONES DEL ESPIRITU SANTO

LO QUE ES Y LO QUE NO ES EL BAUTISMO POR EL ESPÍRITU SANTO.
"Porque ciertamente Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días." Hechos 1:5.

Lectura: Hechos 2.



Definición de "bautismo": Consiste en un proceso u ordenanza (Baptisma) de tres pasos: inmersión, sumersión y emergencia (o salida de un liquido). Procede del griego bapto =meter en un liquido (remojar). Este es el ordenamiento de bautizar; pero el acto de efectuarlo es Baptizo = bautizar, que incluye (para los griegos de esa época) remojar para teñir, meter un vaso para sacar agua y/o la antigua ceremonia de lavamientos. (Ver 2 Reyes 5:14).
Obviamente, al aplicar esta definición al bautismo por el Espíritu Santo, significa ser sumergido en el Espíritu para ser lavado y tenido a la vez en y por el Espíritu de Dios.
Introducción: Una de las experiencias más gloriosas del cristiano (quizá la más gloriosa) es, sin duda, la obra maravillosa del Espíritu Santo "derramándose" en el creyente. Es el momento en que por primera vez, el cristiano puede sentir todo su ser invadido o lleno de la presencia viva del Espíritu de Dios, siendo por El bautizado o sumergido en y por El. Cualquiera que haya tenido esta experiencia, sabe que es real, genuina; no obstante que con sus palabras no lo podía alcanzar a describir adecuadamente jamás.
Quizás haya quien pregunte: ¿Que es el bautismo por/con el Espíritu Santo? El bautismo por Espíritu Santo es una experiencia bien definida en cada creyente; a la vez, es una experiencia tan diferente a cuantas otras hayamos tenido al entrar en el Reino de Cristo, (sea la salvación, la regeneración o alguna otra semejante) que, por ocurrir fuera de nuestros sentidos resulta difícil de describir o explicar. No obstante, tratemos de definirla y explicarla en los siguientes términos:

Es una experiencia espiritual en la que un cristiano común y corriente entra a una nueva perspectiva de la vida: Como una luz que de súbito brotara de entre la bruma, disipando la oscuridad y revelando todo lo que se encontraba nebuloso u oculto y que producía en nosotros tropiezos y dudas. De repente, huyen: todo peso de carga, de amargura, de odio y son reemplazados por un gozo y una paz indescriptibles, que sobrepasan nuestra visión o razón de las cosas, y nos anima a ver nuestro entorno mucho más hermoso, y a los seres en nuestro derredor igualmente dignos de nuestro amor y respeto. Además, el Espíritu Santo usa nuestra garganta para emitir alabanzas en un lenguaje semejante al de los ángeles (glossolalia). Y nos perdemos en sus brazos de amor en copiosas lágrimas de alegría inmensa. Hechos 1:5.

·         -Es una experiencia que despierta al creyente a la esfera de lo celestial que nunca antes hubiera concebido.
·         -Es una experiencia que le anima, que lo impulsa, que lo sostiene, para ver las cosas de la vida en una nueva dimensión mucho más clara, porque somos cambiados a una vida nueva. 1o. Samuel 10:6.
·         -Es una experiencia que le proyecta a una dimensión de vida espiritual más rica y más fructífera, para vivir en santidad agradando y sirviendo a su Salvador, en una intima comunión con Dios, el Padre y el Hijo, por la habitación del Espíritu Santo en nosotros. Juan 14:26

 
 
·         -Es una experiencia que agudiza nuestra percepción y concepción de lo sagrado, y nos imparte una claridad sobre las cosas espirituales, sobretodo, de la palabra de Dios y de nuestra relación con Dios en la oración, que nunca antes habíamos concebido. Todo parece más claro y más sencillo de comprender. Hechos 2:14-21.
·         -Siendo, como lo es, una promesa del Señor Jesucristo para tener poder para serle testigos ante el mundo, en forma especial el poder de Dios, empezará a manifestarse en el creyente para anunciar a Cristo su Señor a los que no le conocen, como lo prometió el Señor         "...recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos..." Hechos 1:8.
·         -Es Dios viviendo en nosotros, y nosotros perdiéndonos en Dios. El perdernos en Dios significa la sumisión más absoluta de nuestra vida para hacer solo lo que le agrada. Es por eso que el Espíritu se contrista cuando nos resistimos carnalmente a Su domino. Juan 14:23.
·         -El Bautismo por el Espíritu Santo es el resultado de la acción de Dios en nosotros para poder dominar nuestra vida carnal y empezar a vivir la vida del cielo, lo cual  paulatinamente va ocurriendo en el cristiano, conforme cede este a la divina acción del Espíritu voluntariamente. El Espíritu no fuerza a nadie. Se inicia en un cortejo amoroso con el creyente hasta que Cristo viene a ser el centro de nuestra vida en nuestro corazón y estamos conscientes de su constante presencia. Romanos 8:1-2.
·         -Es Dios cambiando nuestros corazones de piedra por uno de carne, sensible a la voz de su Salvador. (Ezequiel 36:26-27). Así, somos cambiados en hombres de poder para ser más Útiles en la Obra de Cristo. 1o. de Samuel 10:1-7.

El bautismo con el Espíritu Santo es una promesa de Dios.
Esta promesa fue dada primero por los profetas del Antiguo Testamento como Joel 2:28-29, que vemos cumplida en el primer Pentecostés cristiano. Hechos 2:1-4; 1:8 y 16:18. También podemos comparar Isaías 28:11-12 con la. Corintios 14:21-22, sobre el profetizar en lenguas angélicas. 1'2. Samuel 10:1-7.
En el Nuevo Testamento esta promesa fue dada primero por medio de Juan el Bautista (Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33), indicando que el Bautizador con Espíritu Santo y fuego es Jesucristo. También fue dada por el mismo Señor Jesucristo (Juan 14:16-17, 26; 15:26; 16:7-11. Lucas 11:13, 29; Hechos 1:5-8). Anunciada por los apóstoles (Hechos 2:32-40). Nótese la seguridad del apóstol Pedro al aseverar que "...recibiréis el don del Espíritu Santo" como consecuencia de haber recibido la salvación.
Permanecer lleno del Espíritu Santo. Todo creyente por razón de su salvación, debe abstenerse de pecado voluntario porque ahora el Espíritu mora en el. Pero, con mayor celo lo debe hacer, quien haya recibido el bautismo con el Espíritu Santo, pues su responsabilidad es ahora ser un batallador, un guerrero contra las huestes del mal. El es ahora un vaso para la manifestación de los dones espirituales, por Io cual le es necesario llevar una vida de mucha oración y buscar la santidad para ser usado por Dios. Debe ser un ejemplo de cristiano maduro.
(1 Corintios 6:19). Fig. de un vaso limpio y uno sucio.

Muchas veces el cristiano se queda vacuo por que no tiene cuidado de orar cada día para recibir su diaria provisión del aceite para su lámpara. Seamos conscientes de que, por nuestra lucha diaria contra las huestes del enemigo, constantemente estamos echando mano de este poder para resistirlas, y si descuidamos la oración, nos quedaremos completamente vacios y desprotegidos. Es el ejemplo que nos da el Señor de las vírgenes prudentes en lo que llamarnos la llenura del Espíritu. ¡Hay que mantener el nivel arriba siempre!

Figura de una barril asaeteado vaciándose.

Pero no solamente es necesario ser bautizado con el Espíritu Santo y guardarse lleno, sino también estar preparados para una unción fresca en ocasiones especiales. Pablo recibió el Espíritu Santo después de su conversión, pero necesitó una unción fresca para poder resistir a un encantador y para predicar en el Areópago (Hechos 13:9). Pedro fue bautizado el día de Pentecostés, pero recibió una unción especial para defenderse del concilio judío (Hechos 4:8) y para sanar al cojo de nacimiento. (Hechos 3:1­6).
Los agentes de Satanás se preparan para atacarnos inesperadamente. Se presentan como Ángeles de luz para engañar al rebaño del Señor con ataques personales o enfermedades. Otras veces, con engaños doctrinales y muchas otras se nos presentan en personas poseídas de demonios, como un reto de lucha, y si no estamos preparados, seremos avergonzados y el Evangelio vituperado por nuestro descuido. He ahí la carga de responsabilidad del que tiene "la promesa" del Padre de mantener su lámpara llena del aceite.
Los discípulos habían recibido el bautismo con el Espíritu Santo El día de Pentecostés, pero el Señor les dio una unción especial para llenarles de valor en tiempos de lucha y de persecución. Cuando la iglesia oraba Dios se movía en medio de la persecución. Aún en la muerte misma, Dios se manifestaba en ellos. (Hechos 4:27-31; 6:15; 7:54-56)
RESULTADOS DEL PENTECOSTÉS:
La iglesia Primitiva no tuvo dificultad alguna en aceptar la doctrina del Bautismo con el Espíritu Santo, porque en su principio, todos sus integrantes eran judíos piadosos que esperaban el cumplimiento de las promesas dadas por los profetas y los salmos, y por los tipos que les había dado Dios en la simbología de los ritos. Los discípulos habían creído al Señor Jesús que les prometió "la promesa de Su Padre" y, aunque no todos, como ciento veinte permanecieron en oración esperando ser llenos del Espíritu Santo.
Cuando vino el Pentecostés, enseguida se percataron de que el Espíritu Santo se había derramado sobre toda carne en los 120 que perseveraron en el Aposento Alto, donde muy posiblemente también estaba la madre del Señor (Hechos 1:4-5). Esta fue la primera cosecha de ese bautismo de Fuego en cristianos judíos de ambos sexos y variadas edades y condición social. Observemos el trabajo del Espíritu Santo
El Espíritu inicia su trabajo en la Iglesia de Jerusalén. De inmediato, el mismo Espíritu hizo saber a Pedro que lo acontecido no era otra cosa sino el cumplimiento de Joel 2:28. Pedro así lo predicó sin titubear, y el Espíritu corroboró su predicación, tocando los corazones de quienes se compungieron y aceptaron a Jesús como su Mesías-Salvador (Hechos 2:14-36). En un solo día, la vida de la Iglesia había dado un giro de 180 grados en la comprensión de la obra del Espíritu Santo, pues no solo la prédica de Pedro fue hecha con denuedo y poder, sino que se pudo ver al Espíritu obrando en los pecadores para convencerlos de la necesidad de ser salvos por la obra de Jesús, y entregarse confesándolo como su Salvador y Mesías. Las primicias de la cosecha fueron más de tres mil almas que se agregaron a la Iglesia ese día. (Hechos 2:37-42).
En el sermón de Pedro y los hechos que le siguieron se nos enseria como se fue manifestando el Espíritu. Primero, usando a Pedro por medio de sus palabras que penetraron como espada de dos filos en los oyentes. A la misma vez el Espíritu Santo estaba obrando redarguyéndoles (convenciéndoles) al punto de ser compungidos y pedir: "Varones hermanos, ¿Qué haremos?". Nuevamente el Espíritu usa a Pedro de una manera directa y firme, y les dice: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo." En el verso 41 se concluye: "Así que los que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas." Como podemos ver, el bautismo en agua precedió al de la promesa del Espíritu. Aunque aquí no se explica, podemos concluir que estos tres mil bajaron a las aguas del bautismo y también recibieron después ese don del Espíritu Santo (gracia) que les fue predicado por Pedro. (Comparar con Hechos 16:25-34).

Históricamente, en esta fuerza (poder) recibida, caminó la iglesia --como podemos constatar leyendo el libro de los Hechos de la Iglesia por el Espíritu Santo-- por muchos años, pero no sin tropiezos. Pronto empezaron a aparecer los ataques contra la verdad doctrinal, por medio de las herejías y, casi simultáneamente, las persecuciones imperiales contra la iglesia. Al aparecer los ebionitas y los gnósticos o intelectuales religiosos de los siglos II, III y IV, se crea un choque ideológico entre la ortodoxia judeo-cristiana y el filosófico mundo gentil (griego, helénico o pagano), creando un estado de confusión doctrinal del que, nuevamente el Espíritu Santo saca adelante a la iglesia, levantando poderosos defensores de la doctrina (apologistas) como Juan, Pedro y, sobre todo, Pablo; más tarde, otros siervos de Dios, padres de la Iglesia y defensores de la verdad bíblica, como Ireneo, Melitón de Sardis, Apolinar, Orígenes y el Anciano Atanasio. La verdad triunfa de forma aplastante.
Desde el protomártir Esteban en adelante, todos los mártires del evangelio se entregan voluntariamente  a sus verdugos, bendiciendo a su Cristo y Salvador, con la certeza de que "...ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos" (Romanos 14:8). Nadie podría enfrentarse a una hoguera de madera verde o a las espantosas fauces de una fiera salvaje y hambrienta, cantando alabanzas en éxtasis espiritual, a no ser que esté lleno del Espíritu Santo.
¿En qué momento de la historia empieza la Iglesia a perder su primer amor? Indefectiblemente, esto sería muy difícil de precisar. Al Libro de los Hechos de los Apóstoles se le ha llamado también —muy atinadamente —Los Hechos del Espíritu Santo en la Iglesia. Usado maravillosamente por el Espíritu, Lucas, el Galeno Amado, nos deja plasmados en su relación del Libro de Los Hechos de los Apóstoles (como continuación de su Evangelio de Lucas) los acontecimientos de la historia de la iglesia de, al menos, del año 33 al 100.

El Espíritu Santo es fuego y es poder y ambos son sinónimos. Pero es también una persona con inteligencia, sentimientos y voluntad, extremadamente sensible a la obediencia y fidelidad de la iglesia, o a sus tendencias de apostasía e indiferencia. En respuesta a las primeras responde otorgando los dones y manifestaciones de su poder en sus siervos. Sin embargo, en respuesta a las segundas actitudes (que son obviamente por la intervención del diablo), responde contristándose, al ver la indiferencia de los dirigentes de las iglesias hacia la vida de santidad y la búsqueda de los dones del Espíritu; mientras existan lideres que amen la santidad, la verdad de las Palabra y la comunión profunda con el Espíritu, surgirán quizá pequeñas congregaciones en lugares remotos en donde la Iglesia Filadelfia este representada, siempre renovando su primer amor, Pero una cosa es cierta, el Señor seguirá adelante con su plan de salvar pecadores por la predicación del Evangelio para reservarse un remanente fiel para Las Bodas del Cordero.

Se repite la historia de Israel, en que aun en la decadencia espiritual más espantosa en tiempos del rey Acab y su satánica mujer Jezabel, Dios consuela al profeta Elías: "...y yo hare que queden en Israel siete mil hombres, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron" (1 reyes 19:18). Dios siempre ha guardado a su remanente fiel; el no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:13). Y así ha proseguido la iglesia a través de los siglos. Satán sigue queriendo destruir la obra de Cristo en su iglesia, pero el Señor prometió que el hades no prevalecería contra ella, porque ahí está el Espíritu para guardarla. Cuando ella sabe depender de Él, la dulce compañía del Espíritu Santo no falta en la iglesia para autenticar todas las promesas de su Salvador. Cuando ella despliega esa autosuficiencia por su fuerza económica, social o numérica, el Espíritu se contrista y cesa de actuar por ella, pero no la abandona. Aunque no se manifieste con sus dones y milagros, El la sigue llevando hacia la meta final; las Bodas del Cordero.

Este ha sido el patrón de comportamiento a través de la historia. Ya en nuestro tiempo, 1906, cuando Estados Unidos empezaba en su decadencia social y moral, en una pequeña iglesia de oración en la calle Azusa, de los Ángeles, California, por tres años llovieron "lluvias de Gracia" en aquel lugar y volvió a manifestarse el fuego Pentecostés con derramamientos maravillosos del Espíritu, en sanidades y milagros. Se había iniciado el movimiento Pentecostal. De la calle Azusa corrió la mecha a todo el mundo incluyendo nuestro México y ese incendio espiritual alcanzó hasta la Iglesia de Portales en la Ciudad de México. Ese fuego no debe a pagarse nunca.
Hemos querido hacer una brevísima relación histórica, para poder llegar al presente. En este tiempo, el cual rápidamente nos está conduciendo al recogimiento de la Iglesia, preguntamos: ¿Cual es la condición de esta bella doctrina del Bautismo con el Espíritu Santo en las iglesias, en nuestra patria hoy? Y no solo nos concierne el movimiento ICI; sino, por el contrario, también, todas las iglesias que se llamen del nombre de Jesucristo.
¿Están presentes las señales profetizadas en Marcos 16:17? ¿Salen los demonios? ¿Se hablan verdaderas lenguas desconocidas y surgen milagros y sanidades constantemente en la iglesia por las manos de los siervos de Dios? ¿O se están cumpliendo las señales de que en los últimos tiempos se levantarían innumerables impostores, "Cristos", que alejándose de la sana doctrina, apartarían de la verdad el oído y se volverían a las fabulas y a sus propias maquinaciones? (2 Timoteo 4:3-4).

Muchos han introducido practicas "novedosas" para ayudar a "dar brillo" a la obra del Espíritu Santo, con espectacularidades a la manera de "luz y sonido", en extravagancias emocionales sin una base bíblica real. Satanás ha metido sus garras en muchas iglesias para engañar a los santos y aún a los escogidos siervos de Dios. Vemos a Evangelistas de la televisión que han caído en su trampa porque, apartándose de la sencillez de la doctrina bíblica, han introducido "ritos" que no corresponden a la iglesia, por ser tomados de costumbrismos mundanos o rituales judíos, pero divorciados de la herencia novotestamentaria que nos dejó el Señor en el libro de los Hechos y en las Epístolas Paulinas. Amamos al pueblo israelita, hijos de Abraham, pero todo el poder del pecado en la Ley, Jesucristo la cumplió por todos, y hoy vivimos en la libertad de la Gracia.

Aun entre los grupos cristianos más ortodoxos hoy encontramos escépticos de la doctrina del Espíritu. Santo. El bautismo con el Espíritu Santo les es escándalo, y la manifestación de los dones les son obviamente tropiezo, ya sean lenguas o profecía, liberación demoniaca u otras formas de sanidades, resultan inverosímiles para ellos. Prefieren no aceptar las evidencias de la obra del Espíritu Santo en la iglesia, que ser considerados por el vulgo social como ignorantes o retrógradas. Aceptan lo que se puede explicar de manera lógica o científica. Estas tienen más fuerza convincente que las evidencias de las Sagradas Escrituras.
Así, pues, ellos prefieren una religión Cristiana fácil, interesante y social. Para llenar su sed del alma, recurren a la "música pseudocristiana", rítmica, estridente y repetitiva. Sus largas melenas y luengas barbas se sincronizan con la excitación de su carne para dar un espectáculo grotesco. Estas y otras diversiones solo divierten y entretienen a un mundo verdaderamente sediento de Cristo. Consideran que la vida demasiado espiritual raya en exageraciones, es mística y pasada de moda, y que todo este ruido es en verdad procedente del Espíritu.

En otros casos, por prejuicios sociales, rechazan esta doctrina, pues consideran que el creer y practicar el Pentecostés esta relegado para una capa social y cultural inferior. Lejos de permitir la intervención del Espíritu Santo para un crecimiento en el espíritu, conciben la vida cristiana desde el punto de vista de la inteligencia y no del alma. De la mente y no del espíritu. Antes que permitir una degradación u ofensa a su inteligencia, se reúsan a tener experiencias espirituales fuertes, por no parecer "incultos" o "incautos".
Por esta y muchas razones, se hace necesario  explicar cuáles son, y cuáles no, las genuinas experiencias y manifestaciones con el Espíritu Santo de acuerdo con la Palabra de Dios. Recordemos ante todo esta regla: que para tener cualquier manifestación de los dones del Espíritu (unción, lenguas, profecías, sueños, etc. etc.), Primero hay que ser salvo y, segundo, bautizado por el Espíritu Santo. De otro modo ¡cuidado! Si intervine una creencia adicional que no sea Cristo y la Biblia, ello nulifica cualquier manifestación que se pudiera llamar "en el Espíritu" y tendríamos que escribir espíritu con minúscula.
Tratemos de resumir algunas confusiones que se presentan en la práctica cultual por la presencia o unción del Espíritu:

ü        Sudar profusamente y temblar apretando los músculos, no es necesariamente una experiencia del Espíritu.. Algunos continúan en este estado por horas o días, después de iniciada esta experiencia.

ü        Hablar una lengua extraña., no significa que esta provenga del Espíritu, pues Satanás es un gran imitador y engañador también.

ü        Estar en un servicio en donde se pretende que todos los presentes reciben una unión o impacto del Espíritu Santo por la acción de las manos de un ministro para hacerles reír o gritar o caerse, no es bíblico, porque el Espíritu es soberano y no se le puede manipular según el antojo de alguien. Una "unión" se recibe solo cuando se es primero bautizado con el Espíritu Santo, y muy pocos en un auditorio lo estarían.

ü       Pretender que los presentes en un culto reciban todos el Espíritu Santo, derramándoles aceite, no lo avala tampoco el Nuevo Testamento. El que haya sido una práctica en el Antiguo Testamento, no justifica que hoy sea usado de ese modo, porque el ungir con aceite tiene hoy funciones distintas en el Nuevo Testamento para situaciones muy especificas. Algunos "evangelistas" lanzan el aceite sobre las congregaciones o se lo "venden" para usarlo en su casa. Ambas prácticas caen en la irreverencia contra el Espíritu. El aceite no debe venderse como amuleto o medicina, pues es tan solo un símbolo que debe consagrarse para funciones santas. (Ver Éxodo 30:22-30 y en especial 31-31-33).

ü       Danzar, remolinar, chiflar, saltar, aplaudir o tener "dolores de parto" no son manifestaciones del Espíritu, sino por el contrario, un frenesí de dudoso y hasta peligroso origen; son fruto de la carne y para la carne. Aunque los originadores de estos excesos los relacionen a pasajes bíblicos, la práctica es totalmente de origen humano y pagano, pues no cumplen con la forma enseñada por el Señor Jesús a la mujer samaritana, de que los verdaderos adoradores deben hacerlo en espíritu y en verdad (la verdad Bíblica) y no solo por imitación o imposición. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento Dios exige reverencia y aborrece desordenes en la Casa de Dios, razón por la que el mismo Señor Jesús ech6 fuera a los que comerciaban con los ritos y sacrificios del Templo. Habrá también falsos profetas, que engañarán aún a los escogidos, como lo son los ministros. (Hechos 8:9-11; 18-25).

ü        Claramente enseña San Pablo que "los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas"; es decir, los que por razón de una unión fresca deben profetizar tanto en una lengua angelical como en su propia lengua, un mensaje de Dios. Todo el capítulo 14 de esa misma carta la dedica el Apóstol de los Gentiles para poner en orden y enseñar como se debe adorar en el Espíritu dentro de la Iglesia, y muy en especial, respecto del uso de los dones de lenguas y de profecía (consulte versos 23, 26-33, 40 de la. Corintios).

ü        La práctica de la llamada "risa santa" –por la aclaración de arriba— en definitiva, es una burla satánica al Espíritu Santo dentro de la Iglesia y debe calificarse de herejía doctrinal. Los que la practican dicen que la presencia del Espíritu se va "contagiando" y se va "impartiendo" a otros en una forma de "gozo en el espíritu"; pero no existe base bíblica que justifique esta grotesca practica. Dios es Espíritu perfectísimo y "no puede contagiarse ni impartirse", ya que por impartir entendemos repartir pedacitos de algo, que en este caso sería el Espíritu, y al Espíritu no se le puede dividir, sino que como enseñamos antes, habita por la fe en nuestros corazones como lo que es, una persona. El Señor se desagrado de la risa de Sara, porque ella no creyó a la promesa.
ü        Derribar a la congregación o a individuos por tocarles, soplar en ellos o mover las manos, no tiene soporte bíblico, y mucho menos del Nuevo Testamento. Tampoco, el quedar derribado inconsciente, fuera de sí, o aturdido. Es fuerte la experiencia de la unción en algunos, pero nunca impide nuestras funciones cognitivas; por el contrario, ilumina e inspira para usarnos en entregar un mensaje que edifique a la Iglesia. De otro modo, San Pablo dice "calle en la congregación" y recíbalo como bendición personal. El ser derribado y quedar aturdido o inconsciente, NO es el bautismo del Espíritu, sino más bien está ligado a efectos de hipnosis masiva en que se domina a las masas por intervención de poderes que no son de Dios, sino de la mente.

ü        Algunos dirán que incluir en el culto cristiano cosas como estas nada tiene de malo, pues que "ayudan" a sentir la presencia de Dios. Pero olvidan que la promesa del Señor de estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, es solo por la presencia del Espíritu, adorándole en espíritu y en verdad y no con subterfugios y espectacularidades que bien pueden resultar ser "fuego extraño" que no había mandado el Señor. (Leer Levítico 10 para ver la gran reverencia con los elementos con que se santificaba a Dios durante la Ley).

Demos gracias a Dios porque somos hijos de luz e hijos del día, no de las tinieblas ni de la noche, velando siempre para agradar a nuestro Señor. Velando también de no desviarnos de la verdad doctrinal, para que no nos tome por sorpresa o en descuido la venida de nuestro Salvador (1a. Tesalonicenses 5:4-5).
Agregaremos una palabra final: La doctrina sobre el tema del Espíritu Santo es tan profunda y de facetas tan múltiples, que podemos percibir en la presentación de esta pequeña y sencilla obra, cuan superficial ha sido su tratamiento. Al llegar a su fin, nos sentimos abrumados porque mentes tan limitadas y finitas como la nuestra se haya atrevido a escudriñar tema tan sublime. ¡A Dios sea la Gloria!

EL FRUTO DEL ESPÍRITU

         -------Amor, 
                  gozo y                                          
                  paz


¿Recuerda la última vez que se acercó a un atractivo puesto de exquisitas frutas? ¡Lo más probable es que alguna de ellas le haya resultado tentadora, si no irresistible! (¿Nunca se ha sentido tentado a hurtar una o dos uvas de un racimo?) Hay algo maravillosamente incitante en la buena fruta.
Las tres lecciones que siguen se enfocarán en las nueve características principales del fruto del Espíritu enumeradas en Gálatas 5.22, 23. Cada uno de los aspectos tiene su propia dinámica relacional; en otras palabras, el fruto describe cómo podemos cambiar para «no mirar cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros» (Flp 2.4). Su cultivo en nuestras vidas contrarresta «las obras de la carne[…], inmundicia, lascivia[…], enemistades[…], celos[…], contiendas[…]» (Gl 5.19, 20).
El fruto, entonces, representa la obra santificadora del Espíritu en nuestras vidas. Forma parte de nuestro continuo andar con El; no se trata de un don o una manifestación especial. El término mismo, «fruto», lo indica; el fruto es algo que crece como resultado de la vida. «Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento[… siendo] llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo» (Flp 1.9, 11). Por cierto que las manifestaciones del Espíritu son poderosas; pero también lo es el fruto porque da testimonio de una vida transformada.
«Estar uno lleno con el Espíritu afecta tanto al carácter como también a la actividad carismática. Los frutos del Espíritu Santo han de crecer en todos los aspectos de nuestra vida, en la misma medida que sus dones se manifiesten a través de nosotros». Descubramos de qué se trata este fruto que se manifiesta en nueve aspectos, y cómo se desarrolla en nuestras vidas; luego examinaremos las nueve manifestaciones más importantes del Espíritu.


EN PRIMER LUGAR, ¿CÓMO OBTENEMOS ESTE FRUTO?


Antes de estudiar específicamente cada uno de los aspectos del fruto, resulta importante que comprendamos cómo se desarrolla en nuestras vidas. Con respecto a esto, Pablo hace un interesante comentario en Gálatas 5.23, cuando dice que «contra tales cosas no hay ley». Con esto tal vez quiso decir que el fruto no puede ser exigido ni producido legalmente. ¡El árbol no da fruto debido a una ley del Congreso! Es el resultado de nuestra vida divina en Cristo. Veamos lo que dice el Nuevo Testamento al respecto.

Lea cuidadosamente Juan 15.1–11 y responda lo siguiente:
¿Qué prerrequisito es necesario en nuestras vidas para que el fruto comience a desarrollarse? (v. 3)






¿Qué acción de nuestra parte es absolutamente esencial para su desarrollo? (vv. 4, 5)






¿Qué elemento decisivo forma parte del proceso de cultivo del fruto que el Padre hace en nuestras vidas? (v. 2)






¿Cuál es la voluntad del Padre con relación al fruto en nuestra vida? (v. 8)






El fruto del Espíritu se desarrolla, entonces, sólo cuando permanecemos en asociación íntima con Jesucristo. Alentados por el hecho de que Jesús habrá de permanecer junto a nosotros (v. 4), se nos invita a permanecer en estrecha unión con El. Esto por sí solo nos permitirá llevar «mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer» (v. 5).
Colosenses 3.10 nos indica que nos «revistamos del nuevo hombre». ¿Qué se nos dice después acerca de este nuevo hombre que ayuda a comprender mejor el desarrollo del fruto de Dios en nuestras vidas?


        INFORMACIÓN ADICIONAL


  ¿Qué significa bíblicamente «permanecer»? ¿Es un verbo activo o pasivo? ¿Se manifiesta de algún modo práctico este «permanecer»? La palabra griega básica que se traduce como «permanecer» (meno) da la idea de estar en cierto lugar con una persona, seguir firme o especialmente cerca de alguien. El modelo es el propio Señor Jesús y el Espíritu Santo que descendió «del cielo como paloma, y permaneció [meno] sobre Él» (Jn 1.32). Reflexione sobre los siguientes versículos y escriba lo que observa en cada uno de ellos para tener una comprensión más plena de lo que significa «permanecer en Cristo».

  Juan 6.56





  1 Juan 2.6–11





  1 Juan 2.17




LO QUE EL MUNDO NECESITA AHORA ES AMOR


Aunque esta frase se popularizó, y en cierta medida se trivializó a través de una canción «pop» a fines de los años sesenta, no por ello deja de ser verdad. El mundo sí que necesita amor, el amor de Dios. Pablo comienza su lista de nueve puntos con el «amor» —̆gape en griego—, que es la actitud especial de Dios que lo lleva a actuar con benevolencia; precisamente la cualidad que desea ver perfeccionarse en sus hijos; la columna central sobre la que se edifica la vida cristiana. La clara importancia que tiene el «amor» en la Biblia se advierte en el hecho de que «Dios es amor» (1 Jn 4.8), que «de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito» (Jn 3.16), y que «el mayor de ellos es el amor» (1 Co 13.13).

Lea los siguientes pasajes para ver qué más podemos aprender acerca del amor.
Lucas 6.27






Colosenses 3.14






1 Pedro 4.8






1 Juan 3.18








        RIQUEZA LITERARIA


  Amor, ágape. Una palabra a la que el cristianismo le dio un nuevo significado. Fuera del NT, raramente se usa en los manuscritos griegos existentes de la época. Agape denota una invencible benevolencia y una irreductible buena voluntad, que siempre busca el bien de la otra persona, no importa lo que ésta haga. Es el amor sacrificial que da libremente sin pedir nada a cambio y no se para a considerar el valor de su objeto. Ágape[…] tiene que ver con voluntad más que con la emoción. Agape describe el amor incondicional de Dios por el mundo.
  Hay otras dos palabras principales en el griego koine para designar el «amor»: eros y philos. La primera se usa para el amor pasional que desea al otro para sí y busca transportarse más allá de la racionalidad, a menudo hasta la embriaguez. La palabra «erótico» proviene de ella. Philos es la inclinación hacia algo, o el amor solícito de los dioses a los hombres, o de los amigos hacia sus amigos, aunque en ciertas ocasiones, en el Nuevo Testamento, se empaña la distinción entre ̆gape y philos. Por ejemplo, Juan a veces usa philos y ágape indistintamente para describir el amor de Dios por Jesús (Jn 3.35; 5.20) y por sus hijos (Jn 3.16; 16.27).




        DE UN VISTAZO


  Como obra el amor (Flm 7)






DE NUEVO A 1 CORINTIOS 13


En la última lección examinamos cuatro de las dieciséis características del amor que se enumeran en 1 Corintios 13.4–8a. Volvamos allá y ocupémonos de las demás.

1. «El amor es sufrido» y, además, «es benigno» (v. 4). Lo estudiaremos en la lección siguiente, bajo el cuarto y quinto aspectos del fruto del Espíritu, la paciencia y la benignidad.
2. «El amor no tiene envidia» (v. 4). La idea aquí es no actuar motivados por la rivalidad o la competencia. De acuerdo a Hechos 17.1–9, ¿qué puede suceder si prevalece la envidia?






3. «El amor[…] no se irrita» (vv. 4, 5). El objetivo aquí es impedir que los demás nos inciten fácilmente a la ira. Según Hechos 15.36–41, Pablo y Bernabé se provocaron mutuamente en cierta ocasión. ¿Cuál fue el resultado?






4. «El amor[…] no guarda rencor» (vv. 4, 5). No debemos llevar un registro de las ofensas que alguien haya hecho a otro. ¿Cómo nos ilustra esto Jesús en Lucas 23.34?






5. El amor[…] no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad» (vv. 4, 6). Debemos situarnos moralmente al lado del evangelio, y rehusamos a sentir satisfacción por algún tipo de maldad (cf. Ro 12.9). De acuerdo a Romanos 12.14–21, ¿cuáles son algunas de las maneras en que podemos practicar esta verdad?






6. «El amor […] todo lo sufre[…] todo lo soporta» (vv. 4, 7). Puede sobrellevar cualquier cosa en cualquier circunstancia. Lea 1 Corintios 4.8–13 y observe cómo opera esto en la vida de Pablo.






7. «El amor[…] todo lo cree, todo lo espera» (vv. 4, 7). Nunca deja de creer en la misericordia de Dios obrando en la vida y en las circunstancias. Esta misma verdad se les enseñó en detalle a los creyentes en Romanos 8.31–39. ¿Qué podemos aprender allí sobre creer en la misericordia de Dios obrando en nuestras vidas?






8. «El amor nunca deja de ser» (v. 8a). Véase el comentario bajo el título: «¿Estamos entendiendo?» en la lección 3.








¡HE PERDIDO MI GOZO!
¿LO HA ENCONTRADO ALGUIEN?


Buena parte del gozo que experimentamos en esta vida parece ser transitorio, dura muy poco. Y sin embargo, Jesús dice: «Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido» (Jn 15.11). Veamos de qué se trata este gozo perdurable.


        RIQUEZA LITERARIA


  Gozo, chara. En el Nuevo Testamento chara aparece sólo en relación con el Señor Jesucristo (Ro 5.11). Es la seguridad de que somos miembros de la familia de Dios, sin importar qué cosas positivas o negativas nos ofrezca la vida (Lc 10.17–20; Ro 8.38, 39). Está íntimamente asociado con la esperanza, que es la confiada certeza de que en última instancia Dios está en control y que algún día vindicará todos los males con el regreso de Jesucristo (Tit 2.13).


¿Qué otras virtudes asocia Pablo con el gozo de Colosenses 1.11?






¿Qué papel desempeñó el gozo en la crucifixión de Jesús? (Heb 12.2)






¿Qué es lo que fortalece el gozo? (Stg 1.2)






¿Qué es la única cosa que proporciona «gozo inefable» (1 P 1.8)?






¿Cuál es una de las maneras en que este seguro fundamento del gozo logra expresarse? (2 Co 8.2)






El gozo, entonces, es ese creciente tomar conciencia de que nuestras vidas están escondidas en Cristo y de que podemos ser guiados por el Espíritu a través de cualquier cosa. Podrán venir aflicciones, pruebas, presiones o frustraciones, pero ellas no podrán destruirnos; de modo que experimentamos gozo. Podremos sufrir genuinamente (2 Co 1.8), podremos llorar (Jn 11.33–35), podremos ser tentados (Heb 2.18), podremos no entender por qué Dios permite que algo nos ocurra (Stg 1.2–5); pero nada de esto hace que perdamos la perspectiva divina en nuestra vida. Incluso, podemos proyectarnos más allá de nuestras propias circunstancias durante períodos de dificultad y ocuparnos de las necesidades de otros. «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Ro 8.28). Este es el gozo bíblico.


ANHELO DE PAZ


El corazón humano anhela paz; Jesús la promete (Jn 14.27), y el Espíritu Santo anhela desarrollarla. Nuestra «paz» posicional «para con Dios» (Ro 5.1) introduce la posibilidad de «la paz de Dios[… que guarda nuestros] corazones y [nuestros] pensamientos en Cristo Jesús» (Flp 4.11). Veamos lo que esto implica.


        RIQUEZA LITERARIA


  Paz, eirene. Compare «irénico» (conciliador) e «Irene». Un estado de reposo, quietud y calma; una ausencia de lucha; tranquilidad. El término generalmente denota un bienestar perfecto. Eirene incluye relaciones armoniosas entre Dios y los seres humanos, entre las personas, naciones y familias. Jesús, como el Príncipe de Paz, da paz a aquellos que le invocan en busca de salvación personal.


¿Qué provee Dios para que haya paz en nuestras vidas? (Col 1.20)






¿Qué debemos amar en verdad con el fin de experimentar una paz abundante? (Sal 119.165)






Lea los siguientes pasajes de las Escrituras y observe dónde quiere Dios que haya paz:
Romanos 12.18






1 Corintios 7.15






1 Corintios 14.33






¿Qué ordena Pablo en cuanto a la paz en Romanos 14.19?






¿Qué promete Jesús a quienes luchan por la paz? (Mt 5.9)






La paz, entonces, tiene que ver con la integridad personal y con las buenas relaciones. Es la seguridad interior de que por haber sido puestos en la debida relación con Dios, por la gracia y por medio de la fe en Cristo Jesús, tenemos acceso a sus poderes para que lleguen a todas las áreas de nuestra vida. De allí que Hebreos 13.20, 21 diga: «Y el Dios de paz[…] os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad», de modo que las relaciones y las circunstancias de la vida reflejen los propósitos de Dios más que los de nuestras egoístas intenciones.


        ENTRE BASTIDORES


  El eirene del Nuevo Testamento tiene sus raíces en el término shalom del Antiguo, que a su vez tiene su significado original en la idea del «bienestar» en general: salud, riqueza, éxito y seguridad. Aunque todavía se debate el grado en el que algunas de las características de shalom abarcan parte de una vida neotestamentaria de eirene, una cosa es lingüísticamente indiscutible: los escritores del Nuevo Testamento heredaron un sentido judío básico de eirene; hacemos bien al recordar esto cuando estudiamos el Nuevo Testamento.




        FE VIVA


  ¿Qué le dice todo esto? ¿Puede definir claramente cómo se desarrolla el fruto del Espíritu? ¿Puede usted fijar como meta de oración a dos personas a quienes quiera amar (a quienes desea mostrar una benevolencia infatigable y una buena voluntad a toda prueba) más efectivamente? ¿Puede identificar algo que le esté robando el gozo (la seguridad de que su vida está escondida en Cristo, y de que el Espíritu puede guiarlo en cualquier situación)? ¿Qué piensa hacer para solucionar esto? ¿Diría que su vida se caracteriza mayormente por la paz (total integridad personal y relaciones beneficiosas) o por el caos? Considere estas cuestiones con seriedad y preséntelas en oración con frecuencia y con especial atención durante al menos todo el mes siguiente.











         —Paciencia,
             benignidad y
             bondad


¿Ha sentido alguna vez como si se le hubiera agotado la capacidad para ser comprensivo? ¿Nunca sintió como si ya no le pudiera extender más «bondad» a alguien? ¿Ha tenido problemas para ser generoso con otros? ¿Nunca deseó que otros le brindaran más comprensión, bondad y generosidad?
Si esas realidades le plantean interrogantes, esta lección está hecha a su medida. Al ir introduciéndonos en la siguiente tríada de cualidades del fruto del Espíritu —paciencia, benignidad, bondad— veremos que se trata de un estudio sobre la comprensión, a la vez que sobre un [por lo demás, no paralelo] modo bondadoso y generoso de vivir. ¡Es un llamado del Espíritu para que aprendamos a conectarnos con otros de la misma manera en que Dios lo hace con nosotros!
«Usted sabe, pastor», dice el joven esposo que lucha para manejar su nueva relación matrimonial, «si fuera realmente sincero conmigo mismo, debería admitir que no quiero tratarla con tanta bondad como la que Dios emplea conmigo. ¡Sinceramente, estoy tan herido, y hemos luchado tanto con nuestra relación, que la verdad es que deseo un poco de “benignidad para mí mismo” y de “juicio para ella”! Sé que está mal, pero es lo que siento».
«Usted sabe, pastor», nos dice el ejecutivo de una corporación, «parece que mi generosidad pasa inadvertida en estos días; creo que voy a despedirlos a todos y dejar que intenten encontrar otro jefe que sea tan generoso como yo. Sé que no debemos dar con condiciones o con el fin de recibir, pero francamente estoy listo para solucionar las cosas por mi cuenta. Aunque no termine despidiéndolos, veamos si reciben una bonificación esta Navidad».
«¿Ni siquiera un pavo?»
»Ni siquiera un pavo… mala actitud, ¿no?»
Estos dos hombres tienen razón en reconocer que están equivocados; no obstante, estas actitudes son reales en la vida de muchos cristianos. Es parte de la batalla que se libra entre el Espíritu y la carne que «se oponen entre sí, para que no [hagamos] lo que [queremos]» (Gl 5.17). Es una manifestación del egoísmo recriminador de las obras de la carne, el cual el fruto del Espíritu tiene como objeto contrarrestar. De modo que esta tríada de frutos del Espíritu se ocupa de cuestiones básicas: aprender a tratar a otros exactamente de la manera —comprensiva, clemente y bondadosa— que lo hace nuestro Padre celestial con nosotros. En cada una de estas características del fruto del Espíritu, Dios es el modelo que el Espíritu anhela desarrollar en nosotros.
¿Está listo para crucificar un poco más de «la carne con sus pasiones y deseos?» (Gl 5.24). Entonces sigamos adelante y veamos lo que la Palabra de Dios tiene que decirnos acerca de los tres aspectos siguientes del fruto del Espíritu.


¿TOLERANTE O CASCARRABIAS?


        RIQUEZA LITERARIA


  Paciencia, makrothumia. De makros, «largo», y thumos, «genio», «disposición». La palabra indica suavidad, indulgencia, fortaleza, firmeza paciente, paciencia en el sufrimiento. En makrothumía se incluye también la capacidad de sufrir la persecución y el maltrato. Describe a una persona que puede ejercer la venganza, pero que en lugar de hacerlo, se contiene. Caracteriza el amor verdadero y piadoso, ya que «el amor es sufrido» (1 Co 13.4).


¿Qué nos enseñan cada uno de los siguientes pasajes acerca de la paciencia de Dios o de Jesús?
Romanos 9.19–26, especialmente el v.22






1 Timoteo 1.15–16






2 Pedro 3.9








La paciencia de Dios sabe cómo equilibrar la justicia y la misericordia. Es siempre de carácter redentor, con la meta de llevar a las personas al arrepentimiento (Ro 2.4).


PRIMERO DIOS, AHORA NOSOTROS


¿Qué dice 2 Timoteo 4.2 acerca de la paciencia en la vida de los lideres de la Iglesia?






Según 2 Corintios 6.3–10 y 2 Timoteo 3.10, 11, ¿en qué circunstancias de la vida estamos más propensos a comprender lo que significa ser paciente?






¿Espera el cumplimiento de alguna promesa especial de Dios? ¿Qué enseña Hebreos 6.12, 15 acerca del proceso que a menudo comprende la herencia de tales promesas?








        INFORMACIÓN ADICIONAL


  Una clave para entender el concepto neotestamentario de la paciencia es la comprensión del término veterotestamentario hesed de Dios, que es el hebreo para el «amor firme, la misericordia o las demostraciones de fidelidad basadas en el acuerdo del pacto». Estudie los siguientes pasajes de las Escrituras para entresacar lo que pueda acerca del pacto y el hesed de Dios.

  1 Reyes 8.22–24





  Salmo 89.28, 49





  Isaías 55.3





  ¿Cómo se demuestran la paciencia y el hesed de Dios en el libro de Oseas?




  Un valioso recurso adicional es también el articulo sobre la «Misericordia» en Synonyms of the Old Testament: Numerical Coded to Strong’s Exhaustive Concordance [Sinónimos del Antiguo Testamento: código numérico para la concordancia de Strong], por Robert Girdlestone (Baker Book House, Grand Rapids, MI, 1983).




VISTÁMONOS DE PACIENCIA

A menudo Pablo nos insta a vivir nuestra relación con Dios en base a la paciencia con otros. Lea los siguientes pasajes de las Escrituras y anote sus imperativos específicos.
Efesios 4.1–3






Colosenses 3.12






1 Tesalonicenses 5.12–15








¿Qué luz adicional arroja Colosenses 1.11 sobre lo que entiende Pablo en cuanto al desarrollo de la paciencia en nuestras vidas?








        FE VIVA


  Podemos concluir, por consiguiente, que la paciencia que el Espíritu quiere desarrollar en nosotros es la misma que se ve repetidas veces en Dios. La forma en que Él sigue entregándose a nosotros en Cristo es la manera en que hemos de entregarnos unos a otros en Él. Es inseparable del amor (Ef 4.2), y ella sabe cómo equilibrar «la justicia y la misericordia». En síntesis, es una obra del Espíritu por medio de la cual deseamos comprender las acciones de otro, y responder con esa comprensión en mente más que apresuradamente con la actitud de juzgar.
  ¿Estaría de acuerdo con Dios, en este momento, en que desarrolle más paciencia en su carácter? ¿Y qué le parece si incluso hace una lista de personas a las que podría demostrar más paciencia? Esto es esencial para una vida efectiva y llena del Espíritu.




«RECUERDA, SÉ AMABLE»


¿Recuerda esas palabras que solía usar nuestra querida madre o alguna otra persona encargada de enseñarnos actitudes correctas y deberes sociales adecuados? Lo que querían decirnos era: «1Sé amable y adopta una actitud positiva, aunque no sientas deseos de hacerlo!» De esto se trata precisamente la benignidad bíblica; esto es actuar con santa gracia hacia los demás, aun cuando nos sintamos inclinados a hacer lo contrario.


        RIQUEZA LITERARIA


  Benignidad, chrestotes. Benevolencia en la acción, dulzura de disposición, gentileza en el trato con otros, afabilidad. La palabra describe la habilidad de actuar para el bienestar de quienes abusan de su paciencia. El Espíritu Santo borra la agresividad de carácter de quien está bajo su control.


Según Romanos 11.22, ¿quién es objeto de la benignidad de Dios?






De acuerdo a Efesios 2.7, ¿cuál es una de las maneras en que Dios mostrará en los siglos venideros «las abundantes riquezas de su gracia» para con los creyentes?






En base a Tito 3.4, 5, ¿cómo se manifiesta la benignidad de Dios?






¿Qué aprendemos de Romanos 3.12 acerca de la relación entre la benignidad divina y la humanidad irredenta?






De acuerdo a Colosenses 3.12, 13, ¿qué uso deben darle los redimidos a la benignidad desarrollada en ellos por el Espíritu?






Según Efesios 4.31, 32, ¿cómo podemos demostrar benignidad o gracia hacia otros?






¿Qué nos enseña Lucas 6.35 acerca de la benignidad de Dios, que nos sirve de modelo para comunicarnos con personas desagradables o egoístas que podrían parecer enemigos nuestros?








GENEROSIDAD SACRIFICADA


¿Recuerda el viejo proverbio: «Es fácil ser generoso con el dinero de otros»? Esto describe muy bien la actitud del hombre natural: «¡Es bueno ser generoso, siempre que no requiera demasiado sacrificio de parte de uno mismo!» No sucede así con el siguiente fruto del Espíritu: la bondad, es decir, la actitud de actuar generosamente para con otros.


        RIQUEZA LITERARIA


  Bondad, agathosune. Compare «Agatha» y posiblemente «agate». Beneficencia, benevolencia, virtud dispuesta para la acción, una propensión abundante tanto para desear como para hacer lo que es bueno, bondad intrínseca que produce una generosidad y un estado de ánimo semejante a la disposición de Dios. Agathosune es una palabra rara que combina el ser bueno y el hacer lo bueno.


¿Quién es nuestra única fuente de bondad? (Mt 19.16, 17)






¿Qué más nos enseñan 1 Crónicas 16.34 y 2 Crónicas 5.13 acerca de la naturaleza de Dios?







Según Nahum 1.7, ¿por qué es «Jehová[…] fortaleza en el día de la angustia»?






La bondad de Dios siempre lleva a la acción en la historia humana, tal como lo demuestra el hecho de que le hizo «mucho bien» al pueblo de Israel (Neh 9.35) y por que «toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces» (Stg 1.17).


        SONDEO A PROFUNDIDAD


  El Salmo 107.1 dice: «Alabad a Jehová porque Él es bueno». Luego procede a enumerar varias razones por las cuales es bueno. Lea cuidadosamente todo el Salmo y observe varias demostraciones de su bondad.


Habiendo establecido que la bondad de Dios le lleva a hacer buenas obras, observémoslo ahora produciendo buenas obras en nosotros.
Sin embargo, según Romanos 7.19, ¿qué debemos recordar cada vez que deseemos actuar con bondad?






En base a Efesios 2.10, ¿por qué podemos esperar que nosotros mismos hagamos muchos actos de bondad?






De acuerdo a Romanos 15.14, ¿cómo le causaron satisfacción en parte los cristianos de Roma a Pablo?






Según Mateo 12.35, ¿de dónde provienen las buenas obras?






Basado en Mateo 5.16, ¿qué ocurre como resultado de nuestras buenas obras?








        INFORMACIÓN ADICIONAL


  Bíblicamente, lo contrario de la bondad es la envidia. Con ayuda de un diccionario bíblico o de términos griegos del Nuevo Tesstamento, estudie el concepto de la envidia. (Observe especialmente Mt 27.18; Flp 1.15; Tit 3.3.) ¿Qué puede aprender de este vicio opuesto en cuanto a la naturaleza de la bondad?




        FE VIVA


  ¿Observó algún aspecto de su vida que requiera crecimiento espiritual? ¿Podría tener presentes algunas personas en particular hacia quienes quisiera aumentar su demostración de paciencia (tolerancia a través de la comprensión), benignidad (amabilidad al tratar a otros) o bondad (cumplir acciones generosas)? Si así fuera, póngase de acuerdo consigo mismo y posiblemente otras dos o tres personas, para poner esto como tema de oración y de reflexión en los días venideros. Quizás podrían orar los unos por los otros con las palabras de la oración de Pablo por los tesalonicenses: «Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de [su] bondad y toda obra de fe con su poder» (2 Ts 1.11).











         —Fe, 
             mansedumbre y
             templanza


Al llegar a la tríada final en la lista del fruto del Espíritu, encontramos algunos de los aspectos más desafiantes de la vida: la fe (o «fidelidad», RVR 1977), la mansedumbre y la templanza (o «dominio propio»», RVR 1977). Vivimos en una sociedad en la que la gente se vuelve cada vez menos digna de confianza; aun dentro del liderazgo de las iglesias uno se pregunta: «¿Dónde está la integridad, la confiabilidad?» Y, ¿qué decir de los matrimonios en los que uno de los cónyuges, o ambos, carecen de lealtad? Sin embargo, la esencia del fruto de la fe es la confiabilidad y la lealtad.
Luego tenemos la mansedumbre, es decir, la capacidad de tener control sobre la ira, de ser amables. ¿No le parece que la sociedad podría beneficiarse con un poco más de «control sobre la ira», como también de cortesía? El abuso físico es cada vez más frecuente en los hogares; los arranques de ira llevan regularmente a muertes innecesarias. Y en lo que respecta a la amabilidad, ¡casi ha desaparecido! Aun los que trabajan en la industria de servicios a menudo hacen que los clientes se sientan como si les estuvieran haciendo un favor al atenderlos, ¡por un servicio que ya está pagado!
En cuanto a la templanza o «dominio propio», ¿hace falta mencionar otra cosa que el haber contraído el SIDA ilícitamente? Por otra parte, la sociedad insiste cada vez más en que uno de los derechos «inalienables» del ser humano es ejercer una pasión sensual desenfrenada. «Tener que aprender a resistir la tentación resulta, emocional y sicológicamente, agotador; podría incluso dañar nuestra siquis y frenar nuestro desarrollo como personas “sanas”». No obstante, las antiguas páginas de las Escrituras aún exclaman: «Poniendo toda diligencia[…] añadid a vuestra fe[…], conocimiento[…], al conocimiento, dominio propio[…] Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo» (2 P 1.5, 6, 8).
¿Está listo para sumergirse en esta tríada final? Puede resultar en un desafío, a la vez que ofrece una emocionante oportunidad de ahondar aun más en las profundidades de la vida del Señor y convertirse en una suave fragancia dentro de una sociedad que, por otra parte, está en decadencia. La gente necesita modelos que ofrezcan papeles positivos para representar; necesitan cristianos que reflejen la vida de Dios acertadamente. Necesitan ver a «hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa» (Flp 2.15). ¡Entreguemos al Espíritu nuestras vidas como la tan necesitada materia prima que produzca muchos hijos del Rey que resplandezcan «como luminares en el mundo»!


«¡SIEMPRE PUEDO CONTAR CON MIGUEL!»


¿No le gustaría que la gente pudiera colocar el nombre suyo donde figura el de Miguel? A mí, sí. Muy particularmente, quisiera que Dios pudiera ponerlo allí. No con el objeto de evidenciar obras de justicia u orgullo, sino que por la sincera gratitud que siento de poder servir a Jesús, confío en que algún día El me dirá: «Bien, buen siervo y fiel» (Mt 25.23). De esto se trata el fruto de la fidelidad.
Aun la sociedad ajena a la Iglesia reconoce la necesidad de la fidelidad. Los bancos prestan dinero contando con la fidelidad del pagador para hacer los pagos mensuales; los hijos cuentan con la fidelidad de los padres para proporcionarles alimento, vestimenta y lugar donde vivir; los gobiernos cuentan con la fidelidad de las potencias extranjeras para mantener los tratados. Donde hay ausencia de fidelidad se produce la confusión y el caos. Cuánto más necesaria es la fidelidad en la Iglesia de Dios, edificada sobre Jesucristo mismo, «el Amén, el testigo fiel y verdadero» (Ap 3.14).


        RIQUEZA LITERARIA


  Fidelidad, pistis. Pistis es una palabra con una amplia gama de significados. Puede referirse a un cuerpo de doctrinas en el que se cree; a la confianza básica que uno tiene en Dios para la salvación; o al poder dinámico que moviliza la energía contenida en las promesas de Dios. Se puede traducir como convicción, confianza, creencia, fe, dependencia, confiabilidad, fidelidad o persuasión. Es así que la idea de «fidelidad» refleja tanto la plenitud como la inmutabilidad de esa confianza, o confiabilidad, como un rasgo del carácter del creyente.
  En las listas de responsabilidades éticas de carácter práctico, como en este texto, el enfoque recae sobre la confiabilidad. Puesto que Dios es fielmente confiable, el Espíritu Santo puede desarrollar esta característica en su pueblo. La afirmación referida a los primitivos apóstoles y a sus colaboradores, sin duda es aplicable a todos los cristianos: «Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel» (1 Co 4.2).




EL MODELO DE DIOS

Lea los siguientes pasajes del Nuevo Testamento que se le tribuye a la fidelidad de Dios.
1 Corintios 1.9






1 Corintios 10.13






1 Tesalonicenses 5.23, 24






2 Tesalonicenses 3.3






1 Juan 1.9








LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS


La parábola de los talentos en Mateo 25.14–30, vincula el concepto de estar atentos al regreso de Jesús con una actividad responsable. Lea cuidadosamente el pasaje y observe lo siguiente acerca de la fidelidad:
Aquí los «talentos» representan privilegios y oportunidades que se nos brindan para servir a los propósitos del Reino de Dios. Según el versículo 15, ¿cómo se nos distribuyen esas oportunidades?






De acuerdo a los versículos 16 y 17, ¿qué se espera de nosotros si hemos de ser considerados obreros fieles y responsables del Reino?






Según los versículos 18 y 24–27, ¿qué es la falta de fidelidad a la obra del Maestro?








        FE VIVA


  A la luz de la parábola anterior, ¿cómo evaluaría su participación directa en los propósitos del Reino? ¿Ora para tener más oportunidades de servir fielmente? ¿Está actuando con fiel responsabilidad para con las obligaciones que tiene actualmente? Analice estos temas con Dios y con algunos amigos en los que confié; propóngase algunas metas adicionales y un lapso en el que le resulte posible cumplirlas en la medida en que el Espíritu aumente su fidelidad.




EJEMPLOS VIVOS Y REALES

Cada una de las siguientes personas es un ejemplo bíblico de fidelidad. Lea los pasajes y observe cómo la demostraron.
Moisés (Heb 3.1–6)






Epafras (Col 1.7, 8; 4.12)






Onésimo (Col 4.9; 11–13)








En 2 Timoteo 2.2 Pablo les da un mandato a los pastores si es que desean dedicarse de la mejor manera posible a las personas. ¿En qué consiste ese mandato?






Según Apocalipsis 2.10, ¿hasta qué punto debemos estar dispuestos a ser fieles?








«AIRAOS, PERO NO PEQUÉIS»


El cumplimiento del mandato precedente de Efesios 4.26 no es cosa fácil. ¡Es un fruto evidente del Espíritu! La Biblia no enseña que jamás debamos indignarnos; al contrario, establece una línea entre lo que podríamos llamar ira «justa» e ira «injusta», y entre expresiones controladas o descontroladas de las mismas.
De Jesús se dice que era «manso y humilde de corazón» (Mt 11.29); y, sin embargo, en un momento dado, la dureza del corazón de la gente le causó tanto dolor que los «[miró] alrededor con enojo» (Mc 3.5). También se puede observar que «haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos» (Jn 2.15). Se trata de ira bajo el control del Espíritu; es uno de los aspectos principales de aquello con lo cual tiene que ver la mansedumbre.


        RIQUEZA LITERARIA


  Mansedumbre, praotes. Una disposición pareja, tranquila, equilibrada en espíritu, no pretenciosa, y que mantiene las pasiones bajo control. La palabra se la traduce mejor al español como «mansedumbre», pero no con el sentido de debilidad, sino de poder y fuerza contenidas. La persona que posee esta cualidad perdona las injurias, corrige las faltas y gobierna muy bien su propio espíritu.
  Proates se deriva de una antigua raíz gótica que significa «amar». Como virtud social de alta estima era popular en la antigua cultura y filosofía griegas. Aristóteles veía a la proates como ese feliz punto medio entre la pasión y la ausencia total de sentimientos.




¿QUÉ PODEMOS APRENDER?


A Moisés se le describe como «muy manso» (o «humilde», Nm 12.3). ¿Qué clase de respuesta le permitió desplegar dicha cualidad cuando se enfrentaba a críticas injustas? (Nm 12.1–16, especialmente el y. 13).






¿Cómo puso de manifiesto Moisés su «mansa humildad» cuando se enfrentó al pecado del becerro de oro de Israel? (Ex 32.15–20)






Según Mateo 5.5, ¿quiénes son los únicos que recibirán la vindicación definitiva de Dios en el día del juicio y tendrán autoridad en su Reino consumado?






De acuerdo a 1 Pedro 3.4, ¿qué es lo que proporciona a una mujer piadosa un «incorruptible ornato»?






Conforme a 1 Pedro 3.15, ¿qué comportamiento es necesario para testificar apropiadamente a los incrédulos, en especial a los que son hostiles al evangelio?






Según Santiago 1.21, ¿qué actitud es necesaria para que la Palabra de Dios se arraigue en forma efectiva en nuestros corazones?






En base a Gálatas 6.1, ¿cuál práctica es señal de madurez espiritual cuando se ayuda a las personas a superar pecados arraigados?






De acuerdo a 2 Timoteo 2.24, 25, ¿cómo debe un líder de iglesia tratar a los que se oponen a la doctrina del evangelio?






Con referencia a Tito 3.1, 2, ¿cuál ha de ser nuestra actitud general para con las personas con quienes convivimos, en particular «los gobernantes y autoridades»?






Se ha hecho evidente, por lo tanto, que la mansedumbre no es un tipo de personalidad; más bien, se trata de una actitud del corazón que controla nuestra disposición para con los demás. En el pasaje de Santiago 1.21, esto aparece en contraste con los «celos amargos y [la] contención» de Santiago 3.14, y demuestra una sumisión voluntaria a Dios y a su Palabra. En los escritos de Mateo, de Pedro y de Pablo, se denota consideración hacia otros, sobre todo en cuanto a controlar nuestra propia ira.


«¡TENGO DERECHO COMO SER HUMANO LIBRE!»


Con seguridad habremos oído esta expresión muchas veces. ¡Incluso quizás la hayamos usado nosotros mismos! Las obras de la carne en oposición al fruto del Espíritu en Gálatas 5 demuestran que la humanidad no quiere poner límites a sus pasiones, sobre todo las sexuales. Aquí es donde entra en escena el dominio propio. El último fruto del Espíritu tiene que ver con el control de nuestras pasiones sensuales. No se trata de negarlas con un falso ascetismo; más bien, se trata de hacer que las pasiones que Dios nos ha dado estén bajo su dominio y control en lugar de estar a disposición de la carne o del diablo.


        RIQUEZA LITERARIA


  Templanza, enkrateia. Enkrateia era un término usado por los antiguos estoicos para definir a la persona que era moralmente capaz de refrenarse cuando se sentía tentada por placeres perversos, a fin de mantener su libertad ética. En el Nuevo Testamento se refiere a la posibilidad de que el Espíritu Santo dé el poder necesario a la persona para que pueda abstenerse, de manera espontánea, de cualquier cosa (especialmente de las pasiones sexuales descontroladas) que pueda impedirle cumplir la tarea que Dios le ha encomendado. En Gálatas 5.23 aparece en contraste con los groseros pecados de los versículos 19–21.




EL DOMINIO PROPIO Y LAS REALIDADES DE LA VIDA


¿Qué podemos aprender acerca de la templanza o el dominio propio y la evangelización sobre la base de Hechos 24.24–26?






¿Qué aprendemos de 1 Corintios 9.24–27 acerca del lugar del dominio propio o la templanza en nuestro crecimiento espiritual en general?






¿Qué lugar asigna Pablo a la templanza en Tito 1.7–9?








        SONDEO A PROFUNDIDAD


  Una piedra de tropiezo importante para lograr la integridad de la templanza bíblica es la tendencia religiosa de asociarla con un falso ascetismo o con una declamada virtud farisaica. ¿Cómo encara Pablo este falso concepto en Colosenses 2.16–23, y qué propone como el camino correcto para alcanzar la templanza bíblica?




CONCLUSIÓN DE GÁLATAS 5.16–26


La lista paulina de «las obras de la carne» y la del «fruto del Espíritu» son ejemplos de esta premisa principal: «el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis» (v. 17). La lista de vicios enfatiza la autosuficiencia y el egocentrismo; la lista de virtudes destaca el mandato anterior de Pablo: «Servíos por amor los unos a los otros» (v. 13). Como tales, cada uno de los frutos encuentra su modelo en Jesucristo, que «no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mc 10.45).
La conclusión, por lo tanto, es clara: con Cristo, nuestro modelo, y el Espíritu Santo, la fuente que nos capacita, «andemos[…] en el Espíritu» (Gl 5.25). ¿Es usted candidato para esto?






































EL MENSAJE DEL ESPÍRITU A LAS IGLESIAS

Por la misericordia de Dios, Juan el Teólogo, en forma simbólica continúa la narración histórica a través de los siglos en el Apocalipsis, cuando el Señor Jesús le revela la condición de la Iglesia en el transcurso de la historia. Al final del primer capítulo (v. 20) le muestra las siete iglesias del Asia. La mayor parte de los eruditos bíblicos al presente, reconocen en ellas una alegoría del estado de la iglesia a través de los siglos y la responsabilidad de sus dirigentes (sus Ángeles):

EFESO  (33-100). (Apocalipsis 2:1-7) Una ciudad llena de inmoralidad, puerto de gran comercio, famoso por su templo a Diana o Artemisa, diosa de la fertilidad y protectora de la prostitución. Esta iglesia es alabada por rechazar falsas doctrinas de los Nicolaitas con sus excesos de placer carnal; sin embargo, aunque fiel al principio, en su final, olvida su primer amor. Su nombre significa "Deseada" o "Deseo".

ESMIRNA (100-312). (2:8=11). Su nombre significa "mirra", goma aromática usada como incienso. Ciudad abrumadoramente pagana, tenía un templo a Zeus y otro a la diosa madre Cibeles. Era también un centro de adoración al emperador romano Tiberio Cesar. Proféticamente„ corresponde a los 10 emperadores más crueles, bajo los cuales sufrió persecución con una fe heroica. La expresión "sinagoga de Satanás" nos sugiere un sincretismo con lo oculto y pagano. Un cristianismo corrompido.

PERGAMO (312-590). (2:12-17). Su nombre significa "casamiento" o "enlace". Ciudad donde imperaba la riqueza y la última moda. El dios de la ciudad era Esculapio, dios de la medicina. Comprende históricamente desde el periodo del Emperador Constantino y su edicto de tolerancia a los cristianos en 312 d.C., y continúa hasta el inicio del papado de la Iglesia de Roma en 590. Representa la unión de la Iglesia con el Estado. Es una Iglesia institucionalizada e infiltrada, "casada" con el mundo, que pierde todo su poder espiritual y que practica la doctrina de Balaam; es decir, que ministra con engaño la palabra de Dios por interés comercial (Números 22, 23 y 24). Pérgamo es una Iglesia tolerante, idolatra e impía.

TIATIRA  (590 1517). (2:18-29). Su nombre significa "la que no se cansa de sacrificar". La ciudad de Tiatira era una ciudad industrializada y organizada en gremios. Nadie podía trabajar sin pertenecer a ellos, los cuales eran paganos e inmorales. Proféticamente abarca el periodo histórico entre el año 590 en que empezó a reinar el Papa Gregorio I, y el año 1517 en que se inicia la Reforma. La Iglesia se había vuelto rica, ritualista, pagana y mercenaria. Surgieron en ella dogmas pilares de la Iglesia de Roma: infalibilidad papal, la purísima concepción de María y su ascensión al cielo, haciéndola madre de Dios con jerarquía superior al Señor y a Dios mismo. Por el culto a vírgenes y santos como intercesores, y al constante sacrificio de Cristo en la Misa, ellos le llaman "las profundidades de Satanás".

SARDIS (1517-1750). (3:1-6). La ciudad fue en una época importante y rica por su oro que abundaba en las arenas de rio Páctalo. La Iglesia misma parece estar viviendo de sus glorias pasadas, pues ha perdido todo su amor y poder. Aba.rca proféticamente el periodo entre los años 1517 y 1750 de nuestra era, o sea el gran periodo de la Reforma por Lutero. Martin Lutero clavo sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg que el dirigía, en protesta de los desmanes apostásicos de la Iglesia de Roma; un reto a la institución mas grande y poderosa en el mundo; La Iglesia Católica Apostólica y Romana. En el tiempo de Dios, Martin Lutero fue un valiente guerrero que Dios levantó. La Iglesia recuperó algunas doctrinas esenciales, reformó el culto y devolvió al pueblo las Sagradas Escrituras en lenguaje accesible para todos. Sardis es la Iglesia de la Reforma, su retoño, el Protestantismo, es una iglesia afirmada en la Biblia, pero falta de su vigor espiritual original. Su progreso teológico y doctrinal es evidente en un lapso relativamente corto. Pero, su madurez espiritual en la semejanza de la Iglesia Primitiva todavía esta por alcanzarse en este siglo XXI.

FILADELFIA (1750-?). (3:7-13). Significa "Amor Fraternal". 48 Kms. al sureste de Sardis, era un centro vinícola con un prospero comercio de vinos y, por lo mismo, muchos adeptos a la embriaguez y un templo dedicado a Baco, el dios del vino. Por consiguiente, esta Iglesia sufrió fuertes persecuciones tanto de los romanos, como de los judíos y de parte de los adoradores de Baco. Sin embargo, la Biblia la presenta como viva y fiel, y llena del Espíritu Santo. Marca su principio con el ario 1750 que fue el principio de los grandes avivamientos y un trabajo evangelístico en todo el mundo. Se levantaron los grandes predicadores como los hermanos Wesley, Whitefield, Spurgeon, Livingston, Carey, Finney, y muchos más, así como un ejército de misioneros que salieron a regar el Evangelio en Estados Unidos, América Latina, India, China Japón, etc. Esta fue la Iglesia de Filadelfia, llena de vida, obediente a la Palabra. Marca su final entre 1900 y 1930 cuando las Iglesias Protestantes sufren un enfriamiento. Sin embargo, es la Iglesia que refleja un sometimiento al gobierno del Espíritu Santo y estará preparada para el recogimiento de la Iglesia cuando Cristo vuelva.

LAODICEA (1925-?). (3:14-22). Significa "Juicio del pueblo" "Juicio de las naciones". Laodicea era un centro bancario extremadamente rico. Era también un centro universitario. Su gente era dada a los juegos de apuestas y a la vida de lujo. Como la presenta Juan, era una iglesia de buenas obras pero sumidas ellas en su autosuficiencia y autonomía, pues era rica. A pesar de todo, el Señor la reprende por ser tibia --falta de espiritualidad y de amor. ¡Ojalá fueses frio o caliente! Pero por cuanto eres tibio...te vomitare de mi boca. Estos son los cristianos religiosos, pero negligentes, perezosos, indiferentes. Viven con los placeres del mundo, pero van a la iglesia por costumbre social. Sus buenas obras son hechas por la fuerza o costumbre, vacías de calor, de amor, carente del Espíritu de Dios. Esta es la Iglesia de los últimos tiempos. Su credo, su doctrina bíblica, ni la conoce ni le interesa; es una ignorancia ecuménica que aterra. El oído tiene comezón por las fabulas y predicaciones superficiales y hasta comerciales. A partir de 1925 con contiendas comerciales, nacen las guerras devastadoras y la desvisten de moralidad y de amor por la vida familiar y se destruye "la familia". Con el avance de la ciencia nacen las herejías modernas y penetra nuevamente la idolatría primitiva en un ocultismo disfrazado de Nueva Era. Es una Iglesia de recursos económicos y administrativos que la envuelven a tal grado, que su oído atiende a estas antes que a las sagradas escrituras. Ella cree que todo lo tiene, pero el Señor le dice: "...no sabes que tu eres un desventurado, miserable, pobre y ciego... yo te aconsejo que de mi compres ORO REFINADO EN FUEGO... VESTIDURAS BLANCAS... Y QUE NO SE DESCUBRA TU DESNUDEZ; Y UNGE TUS OJOS CON COLIRIO PARA QUE VEAS (dejes tu ceguera)."

CONCLUSION: Desde la Reforma de Lutero la vida de la Iglesia está escondida en el conocimiento de Cristo: "No todo el que me dice; Señor, Señor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." Mateo 7:21. Contundentemente anuncia San Pablo en Romanos 8:9b "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él." Luego, en el verso 14 aclara: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios." Pablo escribe a Timoteo en su segunda carta: "Conoce el Señor a los que son suyos; y: apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo." Queda claro que el Señor conoce a los que tienen su Espíritu, y a ellos llevara con El. A los que dependan de sus buenas obras, en Aquel Día los rechazara, y será el lloro y el crujir de dientes.

·         Tiatira representa el catolicismo romano.
·         Sardis, es el protestantismo convencional.
·         Filadelfia es la Iglesia Evangélica verdadera, apartada del mundo para vivir en santidad; es llena del poder del Espíritu Santo, y cree que el primer Pentecostés sigue siendo para hoy y hasta que el Señor venga por la Iglesia.
·         Laodicea representa a la Iglesia modernista apostata, ecuménica e infiltrada por mundanalidad para lamentarse en la Gran Tribulación.